“Tengo unas migrañas tremendas desde que hice la última terapia contigo”. – me comentó una persona recientemente, llamémosla Silvia. Ella se sometió a las Terapias de Alquimia Genética pero realizó (en su casa) sólo una parte de los ejercicios (son un total de once meditaciones para cada Capa, doce si sumamos la que hace conmigo) con las capas de su ADN, y es la parte que la llevó a conectar con guías, maestros, ángeles, con su yo superior, y con el sunsum corda. Hizo muchas migas con la corte celestial en pleno, recibiendo hermosos mensajes...
Estaba muy entusiasmada porque notaba como su visión de las cosas y su comprensión se iban ampliando, cómo lo percibía todo desde una perspectiva superior. Sus conexiones eran como un chute que la llevaban al séptimo cielo sin hacer escalas y en first class. Unas amigas suyas, que estaban realizando el mismo proceso, le comentaban, con una pizca de pelusa: “¡ chica, qué suerte tienes de percibir cosas tan hermosas, nosotras de momento estamos viendo pozos negros con bichos, mazmorras con prisioneros, princesas encerradas en torreones etc.!
Unos días después del subidón, Silvia experimentó una bajada en picado a los infiernos, en forma de fuerte cefalea, con el consiguiente decaimiento de su ánimo. Empezaron a desfilar por su mente una serie de pensamientos a cual más obtuso: que si todas las terapias que había realizado hasta entonces habían sido inútiles. Que si alguien le había echado un mal de ojo. Que si era magia negra. Que si la culpa quizás la tenía aquella vecina pesada que la llamaba regularmente para cantarle todas sus desgracias. Que si el culpable era ese familiar enfermo que le había absorbido toda su energía cuando le fue a visitar al hospital. Que si … Que si… Le faltaba decir que la culpa la tenía el gobierno o la crisis económica.
Aquello estaba tomando la forma de una neurosis que iba creciendo día a día, entorpeciendo las relaciones con su entorno y obligándola a consumir tranquilizantes. Entonces, Silvia me llamó y me contó lo que estaba pasando. Al principio me costó entender el por qué de su estado pero pedí información al centro etérico de atención al cliente y eso fue lo que me contestaron: “ Esta persona ha utilizado las técnicas que le proporcionaste para conectar con la parte más elevada de sus ser y se quedó como embobada y maravillada de las posibilidades que esto le ofrecía.
Subió hasta la cúpula del rascacielos, su yo espiritual estaba en las nubes, sin embargo su yo emocional se situaba a ras de suelo. Puede ser peligroso realizar subidas tan pronunciadas si los demás cuerpos -no olvides el físico, que también cuenta- no están al mismo nivel. ¿Te imaginas como andaría una persona que tiene un pie en el suelo y otro en la cúpula de la Torre Eiffel? Cuanto más subes, más grande puede ser la caída si resbalas, en caso de que no te eleves de forma equilibrada. Esta persona ( Silvia) no hizo correctamente sus ejercicios porque no hurgó en los sótanos, en los pozos o en las mazmorras de su ser. Conectó con su luz pero no ahondó en su sombra. Sus migrañas no son más que un aviso que su cuerpo le está dando para que investigue e intente comprender la situación. Dile que tiene que explorar más a fondo su mundo emocional”.
Normalmente, cada persona me manda sus ejercicios, lo cual me permite observar cómo va realizando su recorrido. Dicho sea de paso esto representa para mí muchas horas de trabajo extra y totalmente desinteresado, pero lo considero una buena inversión porque lo que aprendo de la psique humana a través de estos trabajos no tiene precio.
Sin embargo Silvia a apenas me mandó un par de ejercicios, me dijo que los había hecho pero que no los había pasado al ordenador. No me di cuenta de que esto era una treta de su mente para que yo no pudiera a llamarle la atención, confié en que había hecho sus deberes, pero no fue así.
Quizás a más de un lector le surgirá la pregunta de cómo puede ser que a alguien que tenga sarro emocional en las tuberías le permitan acceder a visiones sublimes y a esferas muy elevadas de conciencia.
La respuesta es que no existe una respuesta genérica, cada caso es un mundo, pero lo cierto es que Silvia es una persona de elevada conciencia, muy creativa, que ha sido una auténtica pionera en su profesión y que ha realizado notables actos de servicio de cara a la sociedad. Una persona muy brillante y comprometida con el bien común. Supongo que todo ello le hizo acumular puntos para que le dieran el premio de poder conectar con las altas esferas. Y por otro lado, pienso que lo que le enseñaron fue algo así como una “demo”, como un “trailer” o un avance de la película que puede llegar a vivir si completa todo su camino iniciático.
Los resultados más espectaculares de las Terapias de Alquimia Genética generalmente no se obtienen con personas que han visto la luz a la primera de cambio, sino sobre todo con las que han ido recorriendo pasito a pasito, con confianza y decisión, su propio camino iniciático. Sobre todo con las que han tropezado una y cien veces sobre las mismas piedras hasta que han aprendido a pulirlas. Con las que han sabido descubrir uno a uno sus metales más rudos para transmutarlos en oro puro, en pura conciencia.
Pero lo más divertido y hermoso es que cada pedrusco me ha permitido pulir mis propias aristas. Cada pozo negro, cada dragón o cada bicho con cara de pocos amigos que los exploradores de la Terapia de Alquimia Genética van encontrando en su camino, me ayudan a descubrir e identificar mis propios demonietes. El caso de Silvia con sus migrañas me ayudó a explorar un poco más mis entretelas emocionales y a limar unas cuantas asperezas. Estamos todos hechos de la misma pasta. Todos somos uno, es hermoso poder comprobarlo día a día.
Soleika Llop
www.abriendoconciencia.blogspot.com
Abriendo Conciencia, Charlas, Reflexiones, Meditaciones, material creativo de alto voltaje
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Sobran los comentarios, estas imágenes ponen la piel de gallina. Da que pensar.. Que lo disfruten.
1 comentario:
hOlA a ToDoS!, también estoy realizando la terapia y las meditaciones en casa, como en el articulo, me ha sucedido algo parecido. Hacía mi meditación, me lo pasaba en grande, pero creo que "bajaba" demasiado rápido. En la última meditación, ya acabada, me pasé todo el dia con el sistema nervioso desubicado y alterado.Al leer el articulo,he recordado que el pasado domingo me subí en el "Tobotrón", es como una montaña rusa pero por la montaña, vas subiendo hasta el pico, y claro, luego lo que subes lo has de bajar..., tienes unos frenos q puedes utilizar, y eso creo q yo no lo utilizo cuando salgo de las meditaciones. Espero que mi experiencia sirva de provecho a alguien.
Joan.
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