La Terapia de Alquimia Genética consta de varias fases, una en presencia de la persona y otra son los ejercicios que ésta realiza en su casa. Es decir, trabajo con ella el primer nivel de cada Capa del ADN, de alguna forma le abro la puerta pero el resto del camino es suyo. Existen 12 niveles, por lo tanto, le quedarán por explorar por cuenta propia los otros 11 niveles, con la misma técnica. Esto requiere al menos una hora de meditación para cada ejercicio. Y es que en realidad no se trata de una simple terapia, sino de un camino iniciático. Quien tiene la paciencia, la voluntad y el tesón necesarios para recorrerlo en toda su amplitud, experimenta una extraordinaria apertura de conciencia, y acaba abriendo su corazón crístico. Publico a continuación uno de los ejercicios que he recibido, realizado por una persona que padecía fibromialgia, dolores musculares muy agudos...“Me introduzco en la Capa 4 de mi ADN (relacionada con la familia y con la capacidad de amar y empatizar con la gente), pregunto si hay disidentes en esta estancia y me empiezan a aparecer desde mi difunta suegra hasta una serie de antepasados con los que hablo con mucho amor, nos perdonamos, nos abrazamos, diluyo el cordón kármico que me unía a ellos con la luz de mi Cristo interior.
Este cordón estalla transformándose en miles de estrellitas de seis puntas que caen sobre nosotros como una lluvia dorada en forma de corazón. Les digo que mi Cristo interior saluda, reconoce, ama y respeta al Cristo que hay en ellos y nos damos unos abrazos de verdadero amor. Percibo cómo ellos se transforman en seres angélicos.
Pregunto a los maestros si me quieren llevar a visitar algún lugar. Me traslado (mentalmente) a una cueva, entro y aparece un agua de un color azul intenso, preciosa y voy directa a una isla del Pacífico. Aguas cristalinas azul indigo y todos los tonos azules. Aparece un personaje, un jardinero que está barriendo. Le pregunto si me quiere regalar algún objeto, y me regala su escoba.
Le pregunto qué mensaje tiene para mi y me dice que barra mi cabeza de rigideces e ideas arcáicas, me proporciona una manguera con agua crística para que mande buenos chorros a todo mi cerebro para limpiar a fondo. Agua de vida que lo arraste todo .Me dice que lo rellene con luz Cristica y mucho amor y pinte las paredes con tranquilidad y serenidad y por último me da un palo para quitar las telarañas más escondidas con intuición y acción.
Pido al guía –el Arcángel Miguel- que me lleve a visitar otro lugar de mi Capa 4 y me manda a un bungalow donde encuentro un Nacimiento, un pesebre completo. El niño Jesús me dice que hoy nace en mí un nuevo Cristo más fuerte, más seguro, que me libera de los miedos, con toda la confianza en que mi Dios interior me ayuda. Le pido sanación total de mis dolores y de mi adicción a los calmantes y tranquilizantes.
Aparece el Arcángel Miguel que tiene sometido con un pie encima a Satanás y me dice que no tema, que siempre que lo llame acudirá a ayudarme y me revela el secreto para no volver a sufrir : presencia cristica permanente en mi. Doy las gracias y acabo sin apenas dolores y más contenta que unas pascuas.”
Diluir el cordón kármico, percibir cómo estalla, al ser tocado por el Cristo, cómo se atomiza y se transforma en una lluvia de estrellas que acaban cayendo sobre los interesados en forma de corazón; y luego el saludo al Cristo interior de la otra persona, son pasos que forman parte de la terapia. También lo son el preguntar por los disidentes o los lugares para visitar.
Porque se trata de un recorrido como el del camino de Santiago, en el que uno puede encontrar personajes, objetos, casas, castillos, cascadas, cuevas y un largo etcétera de contenidos simbólicos. Los cuales, una vez decodificados y traducidos a un lenguaje comprensible –ya que el inconsciente suele expresarse en términos metafóricos- aportarán datos de gran valor sobre la situación de la persona, sobre su estado de salud, psíquico y físico.
Sin embargo, tal y como habrá podido comprobar el lector a través de este relato, esta técnica no sólo permite realizar un escáner interior sino que al mismo tiempo lleva al interesado a entrar en contacto con sus propios mecanismos de sanación, a conectar con su maestría y su farmacopea interior, que no tiene nada que envidiar a la más completa de las farmacias.
Y, cuando finaliza el proceso y alcanza la Capa 12, si ha puesto toda la carne en el asador y lo ha hecho en conciencia, se lleva a cabo en él un proceso alquímico a través del cual habrá podido transmutar todos sus viles metales en oro puro, el oro de la consciencia.
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